Había una vez un hombre que se sentía atrapado en la monotonía de la vida en la Tierra, así que decidió construir una nave espacial y viajar a la Luna. Allí, encontró un paisaje desolado y sin vida, pero poco a poco empezó a descubrir los secretos que la Luna guardaba. Se emocionó al encontrar pequeñas criaturas que sobrevivían en la oscuridad y a medida que pasaban los días la soledad se convirtió en compañía. El hombre descubrió que la Luna era un lugar lleno de maravillas y alegrías que nunca había imaginado y decidió olvidarse de regresar a casa para vivir allí, en la Luna, para siempre.
A medida que los años pasaron, el hombre de la Luna construyó nuevas herramientas y tecnologías para explorar el satélite y descubrir todo lo que pudiera sobre él. A veces, creía que podía ver la Tierra brillando en el cielo nocturno y se preguntaba si alguna vez volvería a ella. Pero después de un tiempo, se dio cuenta de que no tenía interés en volver a la Tierra y decidió quedarse en la Luna para siempre, rodeado de la belleza y la tranquilidad de su hogar lunar. Cada noche, se sentaba en la cresta más alta de la Luna y buscaba las estrellas, sabiendo que había encontrado su verdadero hogar en un lugar más allá de las fronteras de la Tierra.
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Un placer visitar tu espacio, y escudriñar entre tu ffantasía. Gracias amiga.